Suplantación de identidad: en qué consiste y cómo combatirla

Firmado por: Carlota Gatius

En un contexto cada vez más digitalizado donde Internet forma parte indispensable de la vida de las personas y de las organizaciones, la suplantación de identidad es un problema cada vez más frecuente. Esto se relaciona con que el crecimiento exponencial de la red ha facilitado que los hackers u otros agentes con intenciones maliciosas accedan a nuevas puertas para poder usurpar identidades. Y, de esa manera, generar diversos tipos de perjuicios.

¿Qué es la suplantación de identidad?

La suplantación de identidad es un problema que pueden sufrir tanto personas físicas como jurídicas, empresas y organizaciones. Consiste en una actividad malintencionada en la que se simula ser otra persona o una empresa, por diversos motivos. Los motivos pueden ir desde cometer ciberbullying en el caso de las personas, hasta obtener datos de manera ilegal, desarrollar algún tipo de fraude o afectar la reputación digital de una marca.

En otros términos, la suplantación de identidad consiste en hacerse pasar por una persona o una empresa, usurpando su identidad. Para eso, lo que se hace es tomar aspectos como el nombre, la imagen, el avatar, el nick, la cuenta de usuario, entre otras cosas, para generar un convencimiento de que quien lo hace es efectivamente la persona, empresa u organización que dice ser.

¿Cuáles son los riesgos y consecuencias de la suplantación de identidad?

Cuando se produce este fenómeno, el mismo puede tener grandes consecuencias negativas para quienes son víctimas de la suplantación de identidad. En el caso de quienes son personas físicas, algunas de las consecuencias más frecuentes incluyen:

• Robo de dinero
• Clonación de tarjetas bancarias
• Robo de datos
• Compras online con los datos propios
• Falsificación de documentos
• Contratación de servicios a nombre propio
• Robo de cuentas de usuario
• Daños en la reputación e imagen
• Acoso y humillaciones en redes sociales

Por su parte, la suplantación de identidad es algo que también sufren cada vez más empresas y organizaciones. Sus implicancias pueden incluir:

• Contratación de servicios a nombre de la empresa
• Daños en la reputación e imagen
• Comisión de fraudes a nombre de la empresa
• Problemas legales derivados de fraudes, estafas, delitos o deudas cometidos a nombre de la empresa
• Robo de información
• Filtraciones

¿Cómo detectar que se ha sido víctima de suplantación?

Para poder tomar acciones correspondientes y reducir los daños ocasionados, es muy importante saber identificar cuándo se ha sido víctima de suplantación de identidad. Ciertamente, la forma de detectarlo dependerá de los daños que ya hayan aparecido, de acuerdo al ataque realizado. Por eso, algunas de las formas de sospechar que esta es la situación vivida son:

• Si se empieza a perder masivamente seguidores de las redes sociales.
• Si caen estrepitosamente las ventas de un día para el otro.
• Si se pierde interés por parte de influencers y otros asociados.
• Si se empieza a ver una baja en el desempeño de los trabajadores de la empresa, falta de compromiso o desconfianza.
• Si las agencias de cobro empiezan a comunicarse para reclamar pagos de deudas que no se reconocen.
• Si se reciben productos que no se han solicitado.
• Si se tiene problemas para acceder a una hipoteca o a un servicio financiero.
• Si se empiezan a recibir grandes cantidades de comentarios negativos, críticas o preguntas en las redes sociales y otras plataformas.

¿Qué hacer en estos casos?

Como hemos podido ver, la suplantación de identidad es un problema que trae grandes consecuencias para quienes lo sufren. Una de las formas de reducir el impacto es tomando acciones inmediatas. Por eso, una de las tareas que se recomienda iniciar es la escucha social de las plataformas sociales y otras. Con el principal fin de identificar velozmente comentarios negativos o visualizaciones de contenidos haciendo alusión a la empresa u organización o a la persona particular afectada.

Mediante un completo trabajo de vigilancia, será posible reconocer los focos en los que la situación está teniendo lugar. Posteriormente a esto, es indispensable acceder a una gestión de crisis reputacional profesional donde se puedan tomar las acciones correspondientes más adecuadas para evitar conflictos.

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