¿Crisis en Podemos? Los errores que podrían costarle su futuro

Firmado por: Ruben Gálvez
Últimamente, seguro que has oído hablar de la crisis en Podemos. Está en los titulares, en las tertulias de la tele y, cómo no, en los debates de Twitter (o X, como lo llaman ahora). Parece que el partido que llegó pisando fuerte hace unos años, con ese aire de revolución y cambio, está atravesando un momento complicado. Pero, ¿de verdad estamos ante una crisis seria o es solo otra de esas turbulencias que cualquier partido tiene cuando lleva un tiempo en la arena política?
¿Existe una crisis en Podemos?
La pregunta está en el aire: ¿hay realmente una crisis en Podemos o solo estamos viendo el típico desgaste que sufre cualquier partido cuando pasa de ser la novedad a formar parte del sistema? Porque claro, no es lo mismo criticar desde fuera que gestionar desde dentro. Vamos a ver qué está pasando, repasando un poco su historia, los cambios en la cúpula, los resultados en las urnas y ese ambiente de “malos rollos” internos que tanto se comenta últimamente.
De la ilusión al desgaste: un viaje relámpago
Si echamos la vista atrás, Podemos nació en 2014 como un auténtico terremoto político. En plena resaca de la crisis económica, con la gente harta de recortes y corrupción, apareció con un discurso directo, fresco y muy conectado con el enfado social del momento. En nada de tiempo, pasaron de ser cuatro profes de universidad con un programa en YouTube a sentarse en el Congreso como tercera fuerza política. Brutal, ¿no?
Cambios en el liderazgo: ¿renovación o falta de rumbo?
Uno de los síntomas más claros de que algo no va del todo bien es el baile de nombres en la dirección del partido. La marcha de Pablo Iglesias fue un punto de inflexión. Él no solo era el líder; era la cara, la voz y casi el alma del proyecto. Después vinieron Ione Belarra e Irene Montero, intentando mantener el pulso, pero la cosa ya no sonaba igual.
Resultados electorales: de la euforia al baño de realidad
Los números también hablan. Tras el subidón de sus primeras elecciones, Podemos ha ido perdiendo fuelle en las urnas. No es que se hayan hundido, pero sí han pasado de ser “la gran esperanza” a tener un papel más secundario. Y eso, quieras que no, pesa.
Las peleas internas: el peor enemigo está en casa
Si hay algo que alimenta la idea de una crisis en Podemos, son las broncas internas. Las luchas de poder, los roces entre líderes y las diferencias estratégicas han salido a la luz más de una vez. Y claro, cuando un partido ventila sus problemas en público, el daño a la imagen es inevitable.
Factores que contribuyen a la percepción de crisis en Podemos
Vale, ya hemos hablado de que hay una crisis en Podemos, pero la pregunta es: ¿por qué da tanto esa sensación? Porque una cosa es que haya problemas internos (que los hay) y otra muy distinta es que la percepción pública lo convierta en un drama constante. La realidad es que la política no se vive solo en el Congreso, también se juega en los medios, en redes sociales y, cómo no, en la mente de la gente.
1. Los medios de comunicación: el altavoz que nunca se apaga
Si hay algo que tiene poder en la política, son los medios de comunicación. Y con Podemos, la cosa ha sido intensa desde el minuto uno. Desde que aparecieron, han estado en el centro de todas las miradas, para bien y para mal.
2. Las redes sociales: donde todo explota en segundos
Si los medios tradicionales son un altavoz, las redes sociales son una bomba de eco. Aquí cualquier cosa puede volverse viral en cuestión de minutos, y eso es un arma de doble filo.
3. La gestión de la comunicación de crisis: ¿se está haciendo bien?
No es solo cuestión de qué problemas tienes, sino de cómo los gestionas. Y aquí Podemos ha tenido algunos tropiezos. La forma en que responden a los conflictos internos o a las críticas externas a veces parece más improvisada que planificada.
4. Las expectativas del electorado: ¿demasiado altas?
Otro factor importante es cómo han cambiado las expectativas de la gente. Cuando Podemos apareció, prometió cambiarlo todo: la forma de hacer política, el sistema, la relación con los ciudadanos… Y claro, eso crea una ilusión enorme, pero también una presión brutal.
Podemos y la cultura woke: ¿Un vínculo en transformación?
Cuando hablamos de la crisis en Podemos, hay un tema que ronda por ahí y que, aunque no siempre se menciona directamente, tiene mucho que ver: su relación con la cultura woke. Sí, ese término que unos defienden a capa y espada y otros usan casi como un insulto. Pero, ¿qué tiene que ver todo esto con Podemos? Pues bastante. Vamos a intentar desenredar este lío.
1. ¿Qué es eso de la cultura woke y por qué importa?
Para empezar, woke viene de “estar despierto”, es decir, ser consciente de las injusticias sociales, el racismo, el feminismo, los derechos LGTBI, el cambio climático… En su origen, tenía un sentido positivo, como estar atento a lo que pasa a tu alrededor y no mirar para otro lado.
Pero, claro, con el tiempo el término se ha ido retorciendo. Ahora, en algunos contextos, se usa para criticar lo que se considera un exceso de corrección política o una especie de “superioridad moral” que no admite matices. Y en política, eso se ha convertido en un arma arrojadiza.
2. Podemos y los movimientos sociales: una relación intensa
Desde su nacimiento, Podemos ha estado muy vinculado a causas sociales. De hecho, uno de sus puntos fuertes fue precisamente dar voz en las instituciones a luchas que hasta entonces se quedaban en la calle. Feminismo, derechos LGTBI, antirracismo, ecologismo… todo eso forma parte del ADN del partido.
3. ¿Está la cultura woke perdiendo fuerza en España?
Esta es la gran pregunta. En países como Estados Unidos, ya se ve un cierto “hartazgo” con el tema. Aquí, en España, la cosa es diferente, pero sí que se nota un cambio de ambiente.
4. ¿Y cómo afecta esto a Podemos?
Pues bastante, la verdad. Por un lado, tienen una base de votantes que sigue comprometida con esas luchas sociales. Pero, por otro, hay un sector que siente que el partido se ha alejado de los problemas más urgentes del día a día.
La reputación digital de Podemos: un reflejo de su crisis actual
Si hay algo que define la política hoy en día es que ya no se juega solo en los mítines o en los debates del Congreso. Ahora, gran parte de la batalla está en Internet, sobre todo en redes sociales. Y la crisis en Podemos no es solo un tema de encuestas o de peleas internas; también tiene mucho que ver con cómo se percibe el partido en el mundo digital. Porque, seamos sinceros, hoy la reputación online puede levantar o hundir a cualquier proyecto, político o no.
1. La importancia de controlar el relato
En política, la percepción lo es casi todo. Puedes tener las mejores ideas del mundo, pero si no sabes contarlas bien o si el relato que circula sobre ti es negativo, estás perdido. Y aquí Podemos tiene una historia interesante.
- El boom de los inicios: en sus primeros años, Podemos fue un ejemplo de cómo petarlo en redes sociales. Supieron conectar con la gente joven, con mensajes directos, vídeos virales y un discurso que rompía con lo de siempre. Parecía que tenían la fórmula mágica para movilizar y enganchar.
- El desgaste con el tiempo: pero claro, mantener esa frescura no es fácil. Con el paso de los años, esa narrativa tan potente se ha ido desinflando. Las redes, que antes eran su terreno de juego favorito, ahora son un espacio donde las críticas y las polémicas se propagan a toda velocidad. Y ahí es donde empieza el verdadero reto: ¿cómo recuperar el control del relato cuando parece que todo juega en tu contra?
2. Redes sociales: un altavoz y un campo de minas
Las redes sociales son una herramienta brutal para llegar a la gente, pero también pueden ser una trampa si no sabes manejarlas. Y Podemos ha vivido las dos caras de la moneda.
- Cuando todo se vuelve viral (para bien o para mal): un tuit desafortunado, un vídeo sacado de contexto o una declaración polémica pueden convertirse en un incendio mediático en cuestión de minutos. Y lo peor es que, una vez que el tema se hace viral, ya no hay forma de controlarlo del todo. Esto le ha pasado a Podemos más de una vez.
- El fenómeno de los haters: además, Internet está lleno de haters profesionales. Da igual lo que hagas, siempre habrá alguien listo para criticar. Y cuando esas críticas se convierten en tendencia, afectan a la percepción general, aunque no reflejen toda la realidad. Las redes son así: ruidosas, rápidas y, a veces, injustas.
3. ¿Cómo ha gestionado Podemos su reputación digital?
Si hablamos de la crisis en Podemos, no podemos pasar por alto cómo han manejado su imagen online en los momentos más delicados. Y aquí hay luces y sombras.
- Reacciones en caliente: a veces, la respuesta del partido ante críticas o polémicas ha sido demasiado impulsiva. Contestaciones rápidas, con un tono defensivo o incluso desafiante, que pueden conectar con sus seguidores más fieles, pero que también dan la imagen de un partido que está siempre a la defensiva.
- Mensajes poco coordinados: otro problema ha sido la falta de un discurso coherente. En algunos casos, distintos líderes han lanzado mensajes contradictorios sobre el mismo tema, lo que genera confusión. Y en política, la falta de claridad puede ser más dañina que un error puntual.
Conclusión
Mucha gente todavía piensa que la reputación digital es como ese adorno que pones al final, cuando en realidad es el núcleo. Hoy, todo pasa por Internet: las noticias, las opiniones, los debates… La imagen de un partido, una marca o una persona se construye (y se destruye) a golpe de clic. En el caso de Podemos, parte de su crisis no se entiende sin mirar cómo ha cambiado la conversación sobre ellos en redes sociales y medios digitales. No basta con tener un buen proyecto si la gente no lo percibe así.
En política, como en la vida, adaptarse es clave. Lo que funcionó en 2014 ya no encaja igual en 2024. Las preocupaciones de la gente han cambiado, el panorama político es otro y las redes sociales han evolucionado a un ritmo de vértigo. Parte de la crisis de Podemos viene de no haber sabido ajustarse a ese nuevo contexto. Y no pasa nada por reconocerlo: adaptarse no significa renunciar a tus principios, significa saber contar tu historia de forma que siga conectando con la gente hoy, no hace diez años.
Desde 202 Digital Reputation somos una agencia de reputación online que sabe que gestionar la reputación es un trabajo constante, no algo que se arregla solo cuando hay un incendio. La buena noticia es que, incluso en medio de una crisis, siempre hay margen para reconectar, corregir el rumbo y volver a ganarse la confianza del público. Al final, se trata de contar bien la historia. Porque en política, como en la vida, quien sabe contar su historia tiene mucho terreno ganado.